martes, 11 de septiembre de 2012

¿Estas?


¿Estás?

Un sonido lo inquieto, estaba casi dormido, algo adolorido y con un vacío en el estomago que le provocaba retorcijones. Sin abrir los ojos trato de recordar lo que le había sucedido y tan solo tenía fugaces imágenes que pasaban por su memoria cada vez mas dolorida y angustiada.
Abrió los ojos y cual si fuera un sueño, vio cuatro paredes altas de tono casi azul que le contenían como en una cárcel, la humedad había maltratado una en especial. era la pared frente a él, una pared de al menos 3 o 4 metros de altura que no llegaba al techo. "Las demás terminan en el techo" dijo levantándose y caminando a la puerta que estaba ubicada a su izquierda. Tomo la manija e intento abrirla de forma gentil…. nada…. luego mas fuerte… nada… mas y mas y mas fuerte hasta que su voz sintió el impulso descontrolado de gritar y gritar…. nada. Un profundo eco se oía del otro lado de la puerta, un eco catedralicio… nada.
un sonido del otro lado de la pared menos alta llamo su atención.. era como unos pasos. "Hola…" dijo suavemente acercándose a la pared, sin hacer ruido alguno que le desconectara del contacto sonoro con el lado contiguo a la habitación en donde él se encontraba. "Hola" repitió con voz más firme pero con un miedo enorme escondido en su eminente impulso de saber que pasaba, "hay alguien ahí?".
Una voz casi imperceptible se escucho del otro lado… el, no entendió. Su miedo se hizo más grande al pensar que era un fantasma o una ilusión de su mente que le jugaba una pasada. "Debo estar loco" dijo, dando un par de pasos atrás, en donde escucho un eco mucho más fuerte que como una corriente de aire en forma de suspiro, lo aterrorizo aun mas "… no, estoy muy cansado" concluyo sentándose en el mismo lugar donde se despertó.
"estas…" escucho.
De un salto se acerco de nuevo a la pared y sin mediar rezo un rosario de preguntas interminables de las que esperaba respuesta, "donde estamos… que es esto… quien eres… me escuchas…. contéstame…" de pronto de detuvo su alocución para escuchar la gran cantidad de respuestas que esperaba recibir y… Nada… escuchaba un susurro muy suave que se desvanecía casi imperceptible en la habitación. "no me escuchas?" pregunto con un mal genio dibujado en sus ojos que atónitos y de par en par no perdían de objetivo el techo donde esa pared no alcanzaba a llegar. "quien es usted…. Hable… Ponga la cara Maldito…" y con sus palabras el miedo se esfumo como el humo de un fosforo, fue poco a poco el odio convirtiéndose en su fuerza y su poder. Con cada palabra que subía de volumen fue dando paso de valentía en dirección opuesta a la pared y al llegar, por tercera vez, al lugar del que se había levantado. "Estas?" la escucho de nuevo, pero esta vez más clara y fuerte.
Era una voz como jamás antes había escuchado, dulce, ligera, sincera, justa. Ella, aunque no la veía, se la imaginaba alta, delgada, de cara con líneas angelicales, de ojos como estrellas brillantes y claras. "Quien eres?..." pregunto él, con una cara más amable, pero esta vez asombrado.
"estas… bien?" replico ella con todo descomplicado pero con algo de tristeza en su voz.
Esta vez… "Esa voz…." ya no le sonó tan extraña y como si un algo extraño estuviera pasando, se dirigió con gran fuerza a la puerta gritando y pateando, "abran… alguien… ayuda…" y el eco respondió mientras el se dirigió al otro extremo inexplorado de la habitación. Al llegar a la pared se encontró con un concreto impenetrable donde se suponía debería estar una ventana. De pronto, como si un baldado de agua fría le hubiera sido tirado encima, su memoria detuvo el tiempo en partículas minúsculas y recordó esa voz… "Luna…" susurro para su interior, ahora destruido por una realidad que aquel fuerte golpe había borrado durante un largo tiempo.
Regreso a aquel lugar desde donde seguro podría comunicarse con ella.
- "Luna, estas bien?... Amor puedes oírme?"
- "Diego no olvides cuanto te amo…"
Las lagrimas se dibujaron en su rostro que no dejaba de intentar ver a través del concreto…
- "Luna, Amor… dime que está pasando, donde estamos…. ¡Qué pasa, dime!!!"
- "Diego, escúchame" dijo con voz firme pero entrecortada por un llanto oculto en el fondo de su alma. "Diego no queda mucho tiempo…"
- " Tiempo??? de que carajos hablas" pregunto sin dejar ese triste lugar y con al menos el doble de lagrimas en su cara.
- "Diego, Calla!!!... escúchame" y el silencio se apodero incluso del eco del lugar. Un suspiro se escucho de cada lado, como si sus almas estuvieran conectadas hasta el corazón de cada uno palpito lento como queriendo demorar el momento y un segundo después…
- "Diego no olvides cuan feliz fui a tu lado, cada mañana al despertar con tus besos en mi frente y tus caricias, me llenaron la vida de alegrías. Jamás olvides que fuiste tú lo que más ame y todo lo que sin más, lleno mi alma de paz. Gracias amor, Gracias Diego…"
Un silencio se apodero de su fuerza. El, cayó al suelo y sin mucho que preguntar, por aquella clara despedida, dijo "que dices?" miedo, "no entiendo", horror, "que  pasa?", su voz que iba disminuyendo el volumen se congelo de inmediato. La puerta del cuarto que se encontraba al lado en donde estaba su Luna, retumbo como si ella al abrirse gritara una exclamación de ayuda que se ahogo en el eco que había atravesado los muros de la fe y la esperanza que el tenia de verla de nuevo. se acerco a la pared intentando escalarla para saber que pasaba y no pudo… escucho susurros y volvió a su inútil lugar donde la impotencia lo doblegaba y escucho a su luna sufrir.
Con una palabra de adiós que no dice cuanto se demora en volver, pues quizá ya no volverá, ella dijo a su Diego "te amo amor, como se ama en vida y te amare en la muerte porque no es el amor el que muere sino este cuerpo que llevas en tu interior y quizás ya no vuelvas a ver" su bello adiós fue interrumpido por el gatillo de un arma que parecía desgarrar en mil pedazos la esperanza efímera que ya en su corazón se derretía como los ángeles de nieve que alguna vez acostados hicieron frente al pórtico de su tierno hogar. "Mírame en la oscuridad de tus parpados pues te besare al partir, con un beso fundido en el alma que se quedara a tu lado como un ángel… como un ángel, como tú." y como llega el fin… llego al final un estallido del arma del mal, que se llevara la vida de la Luna y al hombre le dejara en silencio un eco que resonó por toda la eternidad.
Un hombre cualquiera, escusado en la postura de locura que una sociedad corrupta le había creado, tras días y días de espera, en un descuido de la Luna y el Diego al sacar la basura, irrumpió en su hogar y se escondió. Como se esconden los demonios en las sombras del rincón cóncavo de una noche estrellada y bella. Les dejo caer en sueño profundo y como un monstruo que ataca solo cuando su presa esta indefensa cayó sobre él, primero, para reducir con fuerza y un  soberano golpe en la cabeza, al Diego que con brazo extendido protegía a su Luna, que seguido de esto detuvo, con éxito, en su carrera de escape. Los llevo luego al baúl de una camioneta parqueada en el callejón trasero y abusando de la misma noche partió a la fabrica en la que había vivido la mayor parte de su vida.
Y final el fin llegaba con fuerza catastrófica.
Con un disparo se terminaría esta historia de amores inmortales y de silencios enormes. El eco se había dispersado luego de unos minutos… y su voz recobro un poco de fuerza… y al otro lado de la habitación en la pared opuesta yacía Luna en un mar de sangre. Y al silencio que dejaría su partida, un susurro en fondo de esta pared no tan alta, retumbaría por una momento… nadie lo escucharía ya… y Diego con la voz quebrada igual que el alma solo pudo decir esperando respuesta…

"Estas"….. "Estas?"…



Gracias a Dios que me dicta historias al oído. Gracias DIOS.